La flauta de pico y yo
Cuando empecé la escuela, en párvulos, ya nos enseñaban a tocar la flauta dulce. Al empezar la escuela primaria (la EGB) mi flauta quedó abandonada hasta los 11 años. Entonces la retomé otra vez para las clases de música. También para ocupar los muchos ratos libres que tenía en el internado donde comencé ese año. A los 14 de nuevo la abandoné, esta vez para tocar la guitarra de forma autodidacta.
Durante mis estudios de Magisterio, a finales del s. XX (jajaja) tuve unas cuantas asignaturas de formación instrumental con flauta de pico barroca. Y también unos diez años más tarde, durante mis estudios de Etnomusicología en el Conservatorio Superior, cursé una asignatura enfocada a la enseñanza de la flauta en la escuela. El profesor de flauta me animó a preparar la prueba de acceso al Conservatorio Superior, aunque finalmente no me presenté.
Cuando acabé mis estudios de Cuerda Pulsada del Renacimiento y el Barroco en el Conservatorio Profesional de Salamanca quise seguir estudiando y me planteé tocar la viola da gamba. Hice la prueba de acceso a Grado Elemental y como segunda opción elegí Flauta de Pico, que empecé a estudiar porque sólo había disponible una plaza en viola da gamba. Estudié el primer curso de grado elemental y el profesor del Conservatorio Superior me insistió de nuevo en presentarme argumentando que “¡Qué haces tú con los niños pequeños en Elemental!”. Así que esta vez preparé la prueba, me presenté y el curso siguiente comencé 1º de Flauta de Pico en el Conservatorio Superior.
El 2º curso hice Erasmus en Portugal. Yo estaba encantado con el profesor portugués pero mi profesor español no tanto… Cuando el curso siguiente, estudiando 3º en España, me suspendió varias asignaturas, me dijo con un tono despectivo al responderle que me presentaría en septiembre a la recuperación: “Yo no lo haría. Vas a estudiar mucho y seguramente no aprobarás. Vete a Portugal, a ver si allí te cogen…”. Efectivamente, no aprobé en septiembre.
Este profesor no sabía que yo ya era alumno oficial en Portugal desde el curso anterior. Así que el siguiente año, en vez de repetir en Salamanca (supongo que es el castigo que quiso imponerme por haberme ido a estudiar con otro profesor y decir que estaba contento con él) pedí excedencia. El siguiente curso, dado que todavía no se jubilaba, abandoné Salamanca y seguí en Portugal. Y este curso también he estudiado en Portugal.
Resulta irónico que el profesor que me insistió en tocar la flauta luego quisiera hacerme abandonar por irme de Erasmus. Supongo que se sentía comparado e inferior… Nunca llegué a saberlo porque cortó nuestra relación. Fue una situación incómoda por la relación que entablamos más allá de las aulas, aunque no fue demasiado profunda.
Este sábado 15 de julio de 2017 tuve el último examen en Portugal. Ya soy Licenciado en Flauta de Bisel…